Teoría de los tejidos camiseros.

Una de las razones por las que SinAbrochar existe es para tratar de ofrecer toda la información útil y de interés para los usuarios, con el fin de que cada vez tengais más información y poco a poco podáis ir creando vuestro propio criterio al respecto de este amplio mundo de la industria textil.

Una de las vertientes de la confección a medida en la que suelen iniciarse los usuarios suele ser la Camisería. Por contar quizás con un precio inicial más accesible a cualquier bolsillo. Sin embargo, para comparar un servicio con otro es importante que seamos conscientes de todas las variables que se manejan.

Indudablemente en todo producto la materia prima es uno de los puntos más importantes e influyentes. Mucha gente se pregunta por qué hay diferencias notables en el precio de uno y otro tejido, y si bien en el mundo del traje parece que asumimos con más facilidad -aunque ya nos adentraremos en ello- en el tema de la pañería para camisería parece que andamos un poco más perdidos.

Hace casi dos años publiqué en el Foro un artículo llamado Hablemos de Tejidos (Conceptos y Clasificaciones), sin embargo, a día de hoy y una vez he profundizado algo más compartiendo interesantes conversaciones al respecto con sastres y camiseros, me doy cuenta de que hay muchos conceptos que todavía quedan por aclarar.

Independientemente de la composición existen una serie de factores que la industria ha usado desde hace décadas para clasificar la calidad y respuesta de los tejidos de camisería.

A pesar de los esfuerzos por justificar los beneficios de tejidos de mezcla con poliéster, lo cierto es que la industria parece estar de acuerdo en que el súmmun de la pañería camisera está entorno al algodón como materia prima básica. Pero si queremos hilar más fino, nunca mejor dicho, debemos ir más allá ya que no todos los algodones son iguales.

La planta de algodón lleva cultivándose desde hace más de 5.000 años, teniéndose constancia en escritos del año 443 a.C. La historia y evolución de esta materia prima como producto textil va de la mano de la propia evolución de civilizaciones, y de muchos sucesos de la historia. Teniendo las primeras referencias en la India, extendiéndose por el resto de Asia y llegando a regiones como Egipto o Persia. Y extendiéndose por Europa, África y América.

Todos habremos oído hablar en alguna ocasión acerca del Algodón Egipcio como máximo representante de la calidad en tejidos camiseros, pero… ¿De dónde nace esta fama?

Este tipo de algodón se le conoce también como Jumel, en honor al ginebres que a principios del siglo XIX descubrió un plantón de gran calidad en uno de los jardines botánicos que los egipcios cultivaban cerca del río Nilo.

Jumel lo cultivó y envió una pequeña cosecha a Londres, donde fue clasificado como el mejor algodón del mundo.

La llegada del ferrocarril a El Cairo en 1856 y la interrupción del suministro de algodón por culpa de la Guerra Civil Americana en 1860, produjeron una gran proliferación del Algodón Egipcio de fibra larga.

¿Por qué es tan valioso este algodón?

La característica más destacable de este tipo de algodón es que sus fibras son más largas que el resto, llegando a los 6 cm. Además son más flexibles y suaves. La torsión a la que son sometidas en el proceso de hilado las hace más fuerte y resistente al desgaste. Y por último cuenta con una gran capacidad de transpiración.

Más allá de la calidad u origen de la materia prima, como avanzaba al comienzo, existen una serie de factores que nos definen a cada tejido. Podríamos resumirlos en tres variables: El hilo, el título y el trenzado.

El hilo:

Como decíamos antes, el hilo compone al tejido y por lo tanto definen su calidad. Un hilo se forma mediante la torsión de las fibras de algodón (u otro material), esta estructura puede componerse de uno o dos cabos. Si se compone de dos cabos quiere decir que cada hilo está formado por dos hilos internos entrelazados y retorcidos entre sí. Esto es lo que se conoce en el mundo anglosajón como Two Ply Cotton o Double retors.

La solución de doble cabo produce hilos más finos y duraderos, y por lo tanto de mayor calidad.

La fabricación de tejidos no difiere, en esencia, de esa ancestral y tediosa tarea de usar un telar. Los hilos verticales de una tela se denomina Urdimbre, mientras que los horizontales los definimos como Trama. Pues bien, una buena tela debe tener hilos de doble cabo tanto en trama como urdimbre. A esto se le denomina tejidos de 2×2.

El Título:

El título de un hilo hace referencia a la cantidad de hilos empleados por pulgada y por tanto, al grosor o finura del hilo. Cuanto mayor es número del título, más fino es el tejido resultante.

Estos títulos corresponde a la medida inglesa antigua que nos viene a decir, por ejemplo, que un hilo 100´s tiene 100 veces 380 yardas de hilo por cada libra de peso de tejido. Por tanto, cuanto más fino es el hilo, más hilos hay que incluir para que el tejido no transparente.

Con lo que ya sabemos podremos entender a la perfección las designaciones técnicas comúnes en los tejidos camiseros que suelen ser de este tipo:

90/2: Sería un tejido con título 90 y 2 cabos.
120/1: Sería un tejido con un título de 120 y 1 cabo.

El tejido del primer ejemplo sería de menor finura que el del segundo ejemplo, pero al ser de un cabo éste podría no ser tan fino como esperamos. Como véis, al igual que ocurre en pañería de sastrería la cosa no es tan sencilla, debido a las infinitas combinaciones que pueden surgir.

Por otro lado, algunos fabricantes hablan de 2 cabo, pero no especifican si es en Urdimbre, Trama o en ambos. Y como hemos visto anteriormente no es un tema baladí. Ya hemos comprobado en varias ocasiones como la industria textil ha jugado a su antojo con la información (y sus clientes).

El Trenzado:

Un tejido puede tener una estructura interna de hilo, pero la disposición en el trenzado de Trama y Urdimbre nos ofrecerá diversas soluciones con diferentes acabados y texturas.

Los trenzados más usados en camisería son los siguientes:

Popelin
Fil a Fil
Piqué
Viyela
Voilé
Batista
Lino

Esto ya nos suena más ¿no?

Quizás jamás os habíais planteado tener en cuenta esta serie de factores a la hora de encargar vuestras camisas a medida o comprarlas ya confeccionadas. Sin embargo, estos son los que realmente determinan si una camisa se nos estropeará con el tiempo por el cuello o puños, o perderá resistencia con los lavados.

Por ello merece la pena disponer de toda esta información y así podamos comparar servicios, precios y prestaciones entre uno y otro establecimiento. Aunque es probable que en determinadas camiserías la persona que nos atienda no conozca esta terminología o ni siquiera el fabricante la especifique. Pero intentémoslo, si lo exigimos no les quedará otra que ponerse al día.

¡Sigamos con el Jueves!

 

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