Ser original no es fácil, y hacerlo de manera elegante mucho menos, pero a veces se consigue. Antonio García Enrile es un hombre que me consta que reflexiona y sopesa sobre su trabajo cada día. Esto puede parecer recomedable o incluso lógico, y lo es. Pero no todo el mundo lo hace, en realidad una mínima parte de los profesionales lo realizan en la actualidad. Muchos no se paran a pensar en qué estado se encuentra su nivel de trabajo, cuáles son sus objetivos a medio o largo plazo, y mucho menos tratan de innovar en su sector.
Antonio siempre ha ido paso a paso avanzando, progresando y analizando su trabajo. Eso le ha llevado a donde está en la actualidad, y sé que le llevará tan lejos como él y su equipo deseen.
Hoy tengo la oportunidad de revisar uno de esos productos con su sello personal, quizás el más pequeño de todos los que salen del taller, pero no por ello más sencillo o vulgar. Estos gemelos con cuerpo de acero, coronados por una semiesfera forrada en piel atravesada por un perno en su centro parecen a simple vista algo sin demasiada complicación. Una de esas cosas que nos resultan tan fáciles de concebir en nuestra mente, eso sí, una vez que se han visto hechas.
¡Algo tan sencillo cómo no se le ha ocurrido a alguien!
Esta suele ser la expresión que entonamos cuando descubrimos algo que reune estas condiciones. Y es que en la sencillez está siempre la clave, pero paradójicamente cuanto más sencillo parece un resultado más complejo ha resultado su obtención.
Según palabras de Antonio, la complejidad de fabricación de estos gemelos -sin contar con el arduo desarrollo de su diseño- radica en el correcto forrado de esa semiesfera y posterior anclaje sobre su base. Acción que requiere un experta manipulación de la piel para evitar su rotura en el proceso. El resultado es limpio, pulcro y eficaz. Y ello hace que su combinación sea realmente polivalente. Cierto es que depende del color elegido sus opciones serán más o menos formales.
Algo que me gusta -y mucho- de estos gemelos, es que son fáciles de poner. Su diseño facilita la manipulación de los mismos cuando necesitamos pasarlo por los ojales de la camisa. Su base de cantos redondeados y su tamaño justo y necesario ayuda a su deslizamiento. Esto es algo que notaremos en el mismo instante en el que los probamos.
Indudablemente hay muchos gemelos artesanales en el mercado, con infinidad de diseños y variedades, pero cierto es que si nos paramos a pensar pocos existen en la combinación de piel y acero. Y es que la piel otorga ese punto entre noble y rústico que a todos nos gusta, más si cabe cuando está trabajada desde la sencillez y el minimalisto, como es este caso.
En estas fotos vemos sólo dos modelos, uno en azul marino y otro en marrón medio, pero en Enrile los encontrarás en diversas tonalidades, e incluso llegado el caso te los hacen por encargo en el tipo y tono de piel que tu prefieras.
Su presentación sigue en línea con la sencillez, incluyendo una caja de cartón con una base incrustrada de piel donde se encajan a la perfección los gemelos.
Su precio de 42 euros (incluyendo IVA y transporte en Península) me parece perfectamente acorde con la calidad y diseño ofrecidos. Perfectos para darse un capricho o hacer un regalo.
¡Que tengáis una buena semana!