Cierto es que la industria textil se esfuerza cada vez más por ofrecernos soluciones en pro de la personalización y exclusividad. Sin embargo, si algo me ha demostrado lo que hasta ahora he conocido de este mundillo es que la opción que nos ofrece la sastrería más artesanal no tiene paragón alguno con cualquier producto que pueda ofrecernos el resto de industria.
Para que nos hagamos una idea usaré un sencillo símil: Cualquier otro sistema que nos ofrezca la industria (Made to Measure, Made to Order, etc) sería como uno de esos cuadernos de caligrafía, en el que nosotros podemos dar el matiz de lo que creamos, pero siempre bajo unas directrices concretas, y si nos salimos de ellas es muy probable que cometamos un error. Mientras, en el caso de la verdadera sastrería artesanal estaríamos ante un lienzo totalmente en blanco.
Para algunos usuarios -o futuros usuarios- esto puede parecerles incluso un impedimento, por lo abrumador que puede resultar la elección de todos y cada uno de los detalles. Sin embargo, desde mi punto de vista es el verdadero atractivo -y lujo- de todo esto.
Claramente es un procedimiento más complejo que los citados anteriormente, pero no por ello deja de ser apasionante crear, junto al sastre, una prenda única y según todas y cada una de nuestras especificaciones.
Todo va mucho más allá de la selección de uno y otro elemento de forma separada. Entra en juego el diseño de cada pieza que conformará esa nueva prenda como toda una unidad, con el imprescindible asesoramiento del sastre, ya que será él quien nos confirme -o deniegue- la viabilidad de nuestras ideas y nos aconseje si dichos elementos serán favorecedores o no a nuestra figura -En este último punto podemos hacer más caso a nuestra intuición que al sastre si así lo deseamos-.
Picados personalizados al máximo, vivos diseñados al detalle, tamaños, largos y elementos según nuestras especificaciones. Las opciones en este caso pueden ser realmente tan amplias como nuestra imaginación.
¿Te asusta o te fascina?
Me resulta imposible ocultar mi fascinación ante este mar de combinaciones y posibilidades. Pero ojo, no hay que obviar el hecho de que para que nos sintamos verdaderamente cómodos en este proceso es necesario que sintamos ese feeling especial con el sastre, para que nos sintamos en confianza de proponerle todos y cada uno de los detalles. Y esto a veces no se encuentra a la primera.
Por suerte, contamos a día de hoy con grandes profesionales en España capacitados para ofrecernos la verdadera experiencia de la sastrería. Es más, se de alguno que disfrutará casi tanto como nosotros con todo el proceso.
En el Blog ya os he contado más de una experiencia, pero serán muchas más en los próximos meses. El mundo de la camisería a medida es otro arte del que hablaremos próximamente con detalle, a través de varios artículos con los que pretenderé aclarar muchos conceptos y procesos.
A pesar de que generalmente tenemos la impresión de que la camisería debe ser una especialidad mucho más sencilla, en los últimos meses he descubierto que puede ser igualmente amplia y compleja.
Cuellos, puños, canesú, costuras, picados, botones, bajos, refuerzos… No son menos los detalles a tener en cuenta en una camisa, y la diferencia entre una camisa cualquiera y una realmente especial y personalizada no está en el número de colores elegidos en sus ojales, sino en la elegancia al aplicar innovaciones y recursos diferentes sin caer en la ostentación. Por ello, requiere igualmente que le prestemos atención y conversemos largo y tendido con nuestro camisero de cabecera.
Desde SinAbrochar seguiremos tratando de mostraros todos los secretos de este apasionante mundo de artesanía y buen hacer. ¿Te apuntas?